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GUÍA PARA LA MITIGACIÓN DE LOS EFECTOS DE LA SEQUÍA
Autorizado por:ATV-DVWK German Association for Water, Waste Water and Waste ©
En Colaboración:

ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE RIEGOS Y DRENAJES

GEOSCOPIO

Análisis de la Sequía
  Condiciones climáticas y factores hidrológicos
  Efectos causados por el hombre
  Condiciones del suelo
Análisis de la Sequía
 

En este capítulo se enumeran y analizan las razones y circunstancias que conducen a una sequía catastrófica. En este sentido se tendrán en consideración las circunstancias, generalmente climáticas, hidrológicas, agronómicas y del suelo, y se ordenarán por prioridades, según su importancia local o regional.

Condiciones climáticas y factores hidrológicos
 


Para poder estimar tanto la posibilidad como la severidad de los fenómenos de sequía debemos conocer, con toda precisión, las condiciones climáticas. Entre los datos meteorológicos registrados los más importantes para una zona determinada son los que expresan y caracterizan la lluvia, la temperatura, la humedad del aire y las condiciones de humedad del suelo.

En meteorología también se utilizan diversos indicadores para determinar si una situación puede considerarse como de aridez o de sequía, y se pueden clasificar como sigue, por grupos, de acuerdo con su estructura lógica (Dunkel et al., 1992):

Indicadores de anomalías en las precipitaciones
Indicadores de déficit de vapor de agua (en caso de alto déficit de saturación se utiliza comunmente en meteorología la expresión "sequía atmosférica", que no suele significar una situación de sequía real.
Indicadores de balance (que comparan, en forma de cociente ordinario, las "entradas" (precipitaciones) con los "salidas" (evapotranspiración).
Indicadores de humedad del suelo
Indicadores de tipo recurrente

Análisis práctico de los indicadores

Al analizar el año 1990, uno de los de mayor sequía en Hungría, los datos demuestran que la sequía comenzó con la acumulación de anomalías en la humedad, desde el otoño de 1989. El periodo de octubre a marzo del año hidrológico 1989/90 también fue extremadamente seco, en comparación con datos históricos.

De acuerdo con los datos meteorológicos registrados en una serie larga de años, sólo hubo un periodo de 6 meses invernales más seco, en 1924/25. Además de la extrema falta de lluvias, la duración máxima de la insolación, las altas temperaturas del invierno y la frecuencia de días ventosos, produjo una gran elevación de la evapotranspiración potencial y el consiguiente descenso drástico de la humedad del suelo.

El mes de agosto de 1990 fue de nuevo muy seco y el déficit de lluvia se situó entre el 25 y el 50% de la media a largo plazo, todo el país se vio azotado por la sequía y el número de días cálidos, con temperaturas tropicales, fue de 1,5 a 2 veces superior que lo normal. El periodo de octubre a agosto fue el más seco desde 1881 y, en varias zonas, el déficit de precipitaciones en este periodo fue de 200 a 300 mm (Nemes, 1990).


Análisis de Dragovic

Según Dragovic (1997), el análisis de la sequía como consecuencia de los factores climáticos fue realizado en Yugoslavia en base a los datos de lluvias recogidas en Novi Sad, durante el periodo entre 1923 y 1996.

El análisis se aplicó a periodos de interés desde el punto de vista de la producción agrícola y de otras actividades que dependen del agua y de su régimen, como es el año hidrológico (desde octubre hasta el septiembre siguiente), con dos periodos: invierno y verano (temporada de crecimiento vegetativo).

El año hidrológico se considera el mejor indicador disponible de la precipitación para los cultivos agrícolas, por coincidir con su periodo de crecimiento.

De acuerdo con los datos investigados, las precipitaciones totales por año hidrológico varían enormemente, de 322 a 867 mm, es decir, que el año más lluvioso es 2,7 veces superior al menos lluvioso. Las variaciones durante el periodo de desarrollo vegetativo también son significativas, oscilando entre 172 y 487 mm, con una relación de 2,8 entre el valor mayor y el menor.

La precipitación durante la temporada de crecimiento es importante para el suministro de agua a las plantas. Las variaciones en el invierno son incluso mayores, oscilando entre 105 y 438 mm, lo que da una relación máximo/mínimo de 4,2.

Media de las precipitaciones en Yugoslavia y Serbia

La precipitación media total en la Provincia de Vojvodina, por años hidrológicos, en el periodo de 74 años, de 1923 a 1996, es de 605 mm, de los cuales 341 mm cayeron en el periodo vegetativo, y 264 durante el invierno.

En el este de Serbia (estación meteorológica de Zajecar) el análisis abarca las precipitaciones del período entre 1967 y 1995. El valor total medio de las precipitaciones por año hidrológico es de 592 mm, con un valor mínimo de 416 mm, y un máximo de 794 mm.

La media de las precipitaciones durante el período vegetativo es de 326 mm, con un mínimo de 170 mm y un máximo de 478 mm; que para la época invernal se corresponden con 266, 123 y 413 mm, respectivamente. La relación entre la pluviometría del período vegetativo y la del invierno es de 55:45%

El total de lluvias caídas durante el periodo de 29 años (1967-1995) en el este de Serbia muestran un descenso, año tras año; la curva de regresión tiene una tendencia decreciente muy pronunciada, especialmente en las precipitaciones anuales así como en las precipitaciones durante el periodo de desarrollo vegetativo.

En cuanto a la cantidad anual de precipitaciones, la disminución es de 5,8 mm por año, lo que supone 168 mm en el período analizado, valores que se distribuyen en 4,9 mm/año de reducción en la época de desarrollo de las plantas, o 142 mm en total y 0,88 mm/año en el invierno, con un total de 25 mm para todo el período considerado.

La disminución anual de precipitaciones en la Provincia de Vojvodina (al norte de Yugoslavia) parece ser mucho menor porque el análisis abarca un período de tiempo mucho más largo. El descenso anual es de 0,63 mm; siendo el del invierno de 0,69 mm/año, mientras que en el período vegetativo se observa un ligero incremento de las precipitaciones.

Desde el punto de vista hidrológico, la sequía se produce cuando hay déficit de agua, incluyendo no sólo las precipitaciones sino también el caudal de los ríos, la escorrentía superficial y los volúmenes embalsados. Según los hidrólogos, la sequía se refiere a un período de caudales fluyentes por debajo de lo normal y merma de reservas de agua y de escorrentía superficial, cuya causa está en unas lluvias por debajo de lo normal, una evaporación intensa y/o la acumulación de agua en forma de nieve.

Efectos causados por el hombre
 


Entre los efectos causados por la actividad humana (antropogénicos) deben mencionarse las circunstancias agronómicas. El uso inadecuado de la tierra, la elección errónea de las plantas - tanto en especies como en variedades - y los métodos de cultivo, la mala elección de las plantas de la rotación, la mala gestión agrotecnológica, la excesiva densidad de plantación, y la fertilización y el suministro de agua inadecuados, son factores importantes que influyen en el desarrollo del fenómeno de la sequía en un área determinada.

Es necesario estudiar cuidadosamente las actuales prácticas agrícolas y determinar los puntos débiles de las técnicas utilizadas para que sirvan como base de elaboración de propuestas de modificación.

Condiciones del suelo
 

El suelo también puede ser un factor importante en el desarrollo de la sequía. Desde este punto de vista deben investigarse, de manera especial, el tipo de suelo, particularmente su estructura física, su capacidad de campo, el contenido real de humedad en la zona radicular y el balance hídrico.

Tanto los suelos arenosos relativamente profundos, como los que poseen horizontes superiores cultivables de poco espesor son más sensibles a la sequía que los arcillosos o limosos, con mayor capacidad de retención de agua.

Por ello es necesario, e importante, obtener información detallada sobre las características del suelo del área en cuestión o, incluso, del de la propia parcela. Dragovic (1997) señala que, si se analizan conjuntamente las condiciones climáticas y del suelo y, sobre todo, su balance hídrico, es posible determinar el momento en el que se llega a la situación de sequía y aplicar rápidamente las medidas oportunas para paliar los efectos negativos.

La sequía se produce cuando se agota el agua disponible en la zona de actividad radicular (rizosfera), con independencia de las lluvias acumuladas en el periodo anterior. Estos efectos son particularmente importantes cuando se producen en fases fenológicas críticas, es decir, de máximas necesidades hídricas de las plantas.

No obstante debemos resaltar que todo el período de crecimiento debe ser considerado como crítico ya que, durante el mismo, las plantas, para rendir cosechas altas, u óptimas, necesitan una aportación constante de agua, fácilmente disponible, en la rizosfera.

 
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